ENCUENTRA TUS FRASES DE BONDAD AMOROSA

Este ejercicio está diseñado para ayudarte a descubrir frases de bondad amorosa y compasión que sean profundamente significativas para ti. Si y tienes frases y deseas continuar utilizándolas, intenta realizar este ejercicio como un experimento, pero, por favor, no te sientas obligado a encontrar nuevas frases.

Para comenzar, por favor, cierra tus ojos, pon una mano sobre tu corazón o en cualquier otro lugar y siente que tu cuerpo respira apaciblemente.

¿Qué Necesito?

  • Por favor, tómate unos momentos y permite que tu corazón se abra suavemente – dispuesto a escuchar – del mismo modo que una flor se abre con la calidez del sol. (pausa)
  • A continuación, hazte la siguiente pregunta, dándote permiso para que la respuesta surja de forma natural dentro de ti:

“¿Qué es lo que necesito? ¿Qué es lo que verdaderamente necesito?” (pausa)

Si un día concreto, esta necesidad no ha sido satisfecha, tu día no está completo. (pausa)

Deja que la respuesta sea una necesidad humana universal, como la necesidad de estar conectado/a, amabilidad, salud, paz o libertad. (pausa)

  • Cuando estés preparado/a, por favor abre tus ojos y escribe lo que ha surgido en ti. (pausa).
  • Las palabras que has descubierto pueden utilizarse en meditación simplemente como son, o puedes convertirlas en anhelos para ti mismo/a, tales como:
  • “Que yo sea amable conmigo mism@”
    • “Que yo comience a ser amable conmigo mism@”
    • “Que yo sepa que no estoy sol@”
    • “Que yo me conecte con mi bondad esencial”
    • “Que yo descanse en el amor”
    • “Que yo sea libre”

¿Qué Necesito Escuchar?

  • Ahora, por favor cierra de nuevo tus ojos, y considera una segunda pregunta. Esta pregunta puede llevarte un poco más al fondo, de modo que siéntete libre para llegar tan profundo como te sientas cómodo/a. La pregunta es:
  • Si fuera posible, ¿qué necesito escuchar de otras personas? (pausa). ¿Qué palabras necesito escuchar, porque como persona, yo realmente necesito escuchar palabras como estas? (pausa)

                Por ejemplo:

                               “Te quiero”

                               “Estoy aquí para ti”

                               “Creo en ti”

                               “Tú eres una buena persona”

Abre la puerta de tu corazón y espera a que las palabras lleguen. (pausa)

  • Si fuera posible, ¿qué palabras me gustaría que me susurraran en el oído todos los días durante el resto de mi vida – palabras que podrían hacerme decir, “oh, gracias, gracias” todas las veces que las escuchara? (pausa)

Date permiso para ser vulnerable y abrirte a esta posibilidad, con coraje. Escucha. (pausa)

  • Ahora, abre tus ojos de nuevo suavemente y escribe lo que has escuchado. (pausa) Si has escuchado muchas palabras, mira si puedes convertir dichas palabras en una frase corta – un mensaje para ti. (pausa)
  • Las palabras que has escrito podrían utilizarse como tales en la meditación de la bondad amorosa, o también puedes reformularlas en forma de anhelos para ti mismo/a. Generalmente, las palabras que te gustaría escuchar de otras personas una y otra vez son palabras que olvidamos con mucha facilidad, o cualidades que nos gustaría alcanzar en nuestras vidas, o actitudes que anhelamos firmemente implantar en nuestros corazones. Por ejemplo, la necesidad de escuchar “Te quiero” puede significar que anhelamos saber que verdaderamente somos dignos de ser amados. Esta es la razón por la que necesitamos escucharlo una y otra vez.
  • ¿Qué quieres saber con certeza? Si lo deseas, puedes reformular tus palabras en anhelos para ti mismo/a. Por ejemplo:
  • “Te amo” puede reformularse en el anhelo, “Que yo pueda amarme a mí mismo/a tal y como soy”.
    • “Estoy aquí para ti” puede reformularse en el anhelo “Que yo pueda estar a mi lado”.
    • “Eres una buena persona” se puede reformular en el anhelo “Que yo pueda conocer mi propia bondad”. (pausa larga)
  • Ahora, por favor tómate unos momentos para revisar lo que has escrito, y decide 1-3 palabras o frases que te gustaría utilizar en la meditación. (pausa) Esas palabras o frases son regalos que te harás a ti mismo/a. Finalmente, cierra tus ojos por última vez. Comienza a pronunciar tus frases una y otra vez, lenta y suavemente, susurrándolas a tu oído como si fuera el oído de un ser querido. (5 minutos).
  • Abre tus ojos con suavidad.

Por favor, considera este ejercicio sólo como el comienzo de la búsqueda de frases que se ajusten ti. Encontrar frases es un viaje conmovedor, un viaje poético. Afortunadamente, te encontrarás retornando una y otra vez a este proceso. (“¿Qué necesito?” “¿Qué necesito escuchar?”) cuando practiques la meditación de la bondad amorosa.