La vergüenza es una combinación compleja de emociones, respuestas fisiológicas e imágenes asociadas con la ruptura real o imaginaria de los vínculos relacionales. Aunque se trata de una emoción más difícil que las demás, sigue siendo manejable y utilizando la misma aproximación.
Las tres paradojas de la vergüenza
- la vergüenza se siente culpable, pero es una emoción inocente
- la vergüenza nos hace sentir aislados, pero es una emoción universal
- la vergüenza se siente permanente, pero es transitoria, como el resto de las emociones
Usamos la palabra inocente para referirnos a la vergüenza, puesto que surge del deseo universal de ser amado. la vergüenza y el deseo de ser amados son dos caras de la misma moneda. Al recordar que la vergüenza surge del deseo de ser amado, se abre la puerta para explorarla y manejarla.
- Todos lo hacemos con el deseo de ser amados
- Como adultos también necesitamos ser amados y aceptados para sobrevivir el deseo de ser amado nunca se detiene.
- nos levantamos cada mañana con el deseo de ser amado y pasamos el día con ese deseo, pero es posible que no nos demos cuenta ni lo admitamos.
- la vergüenza es la creencia de que algo está mal en nosotros que nos hace indignos de ser amados, que somos demasiado deficientes para ser aceptados. La vergüenza evita mostrar comportamientos que nos harían ser excluidos del grupo.
La vergüenza es universal y temporal. No estamos solos al sentirla, es una emoción compartida por toda la humanidad, durante un periodo limitado de tiempo, no es una característica permanente de quién eres.
La vergüenza es una emoción social: El yo en los ojos del otro, es el foco de la conciencia en la vergüenza.
Existe una diferencia importante entre culpa y vergüenza. La culpa se refiere a sentirse mal por algo que hicimos, la vergüenza es sentirse mal por algo que somos. La culpa dice: “Cometí un error”, la vergüenza dice: “Soy un error”.
La vergüenza subyace a muchas emociones, como la ira, el miedo y la desesperación. Está a menudo en la raíz de la ansiedad, la depresión, el abuso de sustancias y el conflicto relacional. Cuando las emociones difíciles se vuelven “pegajosas” y no podemos dejarlas ir, puede que haya un trasfondo de vergüenza circulando por ellas. Por ejemplo la ira persistente puede surgir de la falta de respeto y la vergüenza.
La autocompasión nos ayuda a fluir de la vergüenza desadaptativa a la adaptativa
Es importante identificar la vergüenza adaptativa y desadaptativa. La vergüenza adaptativa mejora el funcionamiento, mientras que la desadaptativa reduce nuestro funcionamiento. La vergüenza adaptativa dice: “Me siento mal conmigo misma y tomaré medidas para corregir la situación”, mientras que la vergüenza desadaptativa simplemente dice: “Soy mala”.
La mayoría nos sentimos mal con nosotros mismos cuando las cosas van muy mal en nuestras vidas, por ejemplo cuando perdemos nuestra salud, la riqueza, el amor o el trabajo. En primer lugar, tenemos malos sentimientos, y después pensamos:
- “no me gusta este sentimiento”
- “no quiero tener este sentimiento”
- “no debería tener este sentimiento”
- “algo está mal en mí por tener este sentimiento”
- “SOY MALO”.
Nos movemos rápidamente de me siento mal a soy malo…!
Esos pensamientos específicos y repetitivos que nos pasan por la mente cuando la vida se pone difícil terminan convirtiéndose en nuestras creencias nucleares negativas, que son el componente mental de la vergüenza
Autocompasión y Vergüenza
La autocompasión es una respuesta saludable a la vergüenza. Mientras que la vergüenza es el sentido del yo en los ojos de los demás, la compasión se dirige al experimentador, es el sentido del yo la persona que sufre. La bondad contrarresta el juicio de la vergüenza, la humanidad compartida contrarresta los sentimientos de aislamiento en la vergüenza, y mindfulness contrarresta la tendencia a identificarse especialmente con nuestras creencias nucleares negativas
La autocompasión es un mecanismo que regula la vergüenza y restaura la autoestima. Como seres humanos, tenemos muchos aspectos o partes; partes adorables y partes despreciables, partes heridas y partes compasivas, partes viejas y partes jóvenes, partes femeninas y masculinas, la lista es interminable. Somos inimaginablemente complejos.
“No soy perfecto pero algunas partes de mi son excelentes”.
Cuando estamos sumidos en la vergüenza y estamos convencidos de que tenemos defectos fatales, simplemente significa que estamos absortos en una parte y no podemos ver el resto de nosotros mismos. La autocompasión abraza todas las partes de uno mismo