¿Qué sucede en nuestro Cerebro cuando practicamos mindfulness?

Gracias a la investigación científica sabemos que la práctica de mindfulness produce cambios en el cerebro, pero ¿qué sucede exactamente?. En un estudio reciente de Wendy Hasenkamp ella y su equipo de colaboradores revisaron de manera muy detallada lo que sucede en el cerebro de las personas que practican mindfulness.

Se utilizó resonancia magnética funcional para examinar la actividad cerebral de 14 personas mientras realizaban  prácticas de atención enfocada y prácticas de concentración de mindfulness. En este caso se trataba de un ejercicio de atención a la respiración.

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En este primer grafico, tenemos la representación de nuestro cerebro en estado de soñar despiertos, es decir cuando la mente está divagando, saltando de pensamiento en pensamiento y no está enfocada en algo en particular. Este es nuestro estado habitual. En las mediciones aparece activada la corteza singular posterior (región de color naranja).

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En el segundo gráfico podemos ver qué pasa con la conciencia de la distracción, cuando nos damos cuenta de que la atención no está enfocada en el objeto del ejercicio, sino que está divagando, soñando despierto. Se activa entonces la red de saliencia. En este caso vemos que se ilumina el area de la ínsula anterior y también la corteza singulada anterior. Es una región muy importante para la autorregulación para la capacidad de autocontrol. Estas dos regiones se activan y tienen que ver con la capacidad de la persona de darse cuenta que su mente esta enfocada en otra cosa.

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En el tercer gráfico, de reorientación de la conciencia o redirección de la atención, observamos dos areas cerebrales fundamentales la corteza prefrontal dorso lateral que está en la zona más delantera más frontal del cerebro y la parte más externa de los lobulos frontales y también el lóbulo parietal inferior.

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Estas regiones permiten desenganchar la atención de la distracción para reenfocar en las sensaciones propias de la respiración.

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Vemos en el gráfico número cuatro que cuando se sostiene el foco cuando se mantiene la atención en la respiración se activa la corteza prefrontal dorso lateral, la misma región que se activó en el punto anterior. Cuando redirigimos la atención a la respiración y mantenemos el foco, la corteza dorso lateral frontal permanece activa. Esta también es una región muy importante para nosotros pues tiene mucho que ver con los problemas causados por el déficit de atención al estar directamente relacionada no sólo con la atención sino también con la memoria de trabajo. La flecha azul indica que volvemos a pasar nuevamente al punto número uno, a un momento en el cual la atención se desenfoca y de alguna manera podemos decir que perdemos la concentración de la respiración y aparecen  pensamientos, recuerdos, imágenes, etc.

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Es decir volvemos a repetir el ciclo nuevamente cuando la mente se distrae y empezamos a soñar despiertos, a divagar y se vuelven a activar esta regiones de la red neuronal por defecto hasta que nos damos cuenta que estamos distraído que perdimos el foco en la en la respiración y volvemos a activar nuevamente estas regiones que tienen que ver con el control ejecutivo y la capacidad de autorregulación, corteza singular anterior e ínsula anterior. De esta manera, una vez que nos hemos dado cuenta de la distracción, volvemos a dirigir la atención a la respiración y estamos en ese momento activando y ejercitando nuevamente la corteza prefrontal dorso lateral y el lóbulo parietal inferior. Estamos así redirigiendo la atención y entrenando esta capacidad de volver enfocarnos en aquello en lo que estábamos enfocados desde un inicio, lo que nos lleva de nuevo (grafico número cuatro) a intentar mantener el foco en la respiración con lo cual mantenemos la actividad ahí localizada de la corteza prefrontal dorso lateral. Estamos entrenando nuevamente esta función ejecutiva de  redirigir la atención y sostenerla en el foco inicial y luego se repite el ciclo una y otra vez y así es como por medio de este ejercicio de mindfulness tan sencillo estamos ejercitando circuitería cerebral que es fundamental para aprender a controlar nuestra atención y para regular de mejor manera nuestro estado interno, nuestras emociones, etc.