Dudas y preguntas sobre la meditación

En esta entrada te contesto a las preguntas habituales sobre meditación

¿Respirar por la boca o por la nariz al meditar?

La elección de respirar por la boca o por la nariz durante la meditación puede depender de la tradición específica de meditación que estés siguiendo y de tus preferencias personales. Ambos enfoques tienen beneficios y pueden ser utilizados en diferentes contextos.

Respirar por la nariz:

  1. Calma el sistema nervioso: La respiración nasal puede ayudar a activar el sistema nervioso parasimpático, que está asociado con la relajación y la calma.
  2. Filtración del aire: La nariz filtra el aire, eliminando partículas y calentándolo antes de llegar a los pulmones.
  3. Aumento de la concentración: Algunas prácticas de meditación sugieren la respiración nasal como una forma de aumentar la concentración y la atención plena.

Respirar por la boca:

  1. Mayor cantidad de oxígeno: La respiración por la boca permite una mayor cantidad de aire que la respiración nasal, lo que puede ser beneficioso para ciertas prácticas de respiración profunda.
  2. Enfriamiento rápido: Al inhalar y exhalar por la boca, el aire se enfría más rápidamente que a través de la nariz, lo que puede ser útil en situaciones en las que se busca una sensación de frescura o energía.

En general, es común que muchos métodos de meditación sugieran la respiración nasal debido a sus efectos calmantes en el sistema nervioso. Sin embargo, algunos enfoques de meditación pueden incorporar técnicas específicas de respiración por la boca.

Lo más importante es encontrar lo que te resulta más cómodo y efectivo para tu práctica personal. Puedes experimentar con ambos enfoques y observar cómo afectan tu experiencia de meditación.


¿Hay que cerrar los ojos al meditar?

La decisión de cerrar o no los ojos al meditar puede depender de tus preferencias personales y de la práctica de meditación que estés siguiendo. Ambas opciones son válidas y tienen sus propios beneficios. Aquí hay algunas consideraciones:

  1. Cerrar los ojos:
    • Reducción de distracciones: Cerrar los ojos puede ayudarte a reducir las distracciones visuales del entorno, lo que facilita la concentración en tu interior.
    • Facilita la interiorización: Al cerrar los ojos, puedes dirigir tu atención hacia adentro, ayudándote a conectarte más profundamente con tus pensamientos, emociones y sensaciones corporales.
  2. Mantener los ojos abiertos:
    • Conciencia plena: En algunas formas de meditación, especialmente aquellas que enfatizan la atención plena, se sugiere mantener los ojos abiertos para mantener una conciencia más amplia del entorno sin enfocarse en nada en particular.
    • Evitar somnolencia: Para algunas personas, mantener los ojos abiertos puede ayudar a prevenir la somnolencia o distracciones mentales excesivas.

La clave es encontrar lo que funciona mejor para ti. Algunas personas prefieren cerrar los ojos para sumergirse más profundamente en su experiencia interna, mientras que otras eligen mantener los ojos entreabiertos para mantener una mayor conciencia del entorno.

Experimenta con ambas opciones y observa cómo afecta tu práctica de meditación. Puedes ajustar según tus necesidades y preferencias personales en diferentes momentos o contextos de meditación


¿Qué hacer si me da sueño al meditar?

Es común experimentar somnolencia durante la meditación, especialmente si estás cansado o si practicas en un momento del día en el que tu cuerpo tiende a estar más relajado, como por la mañana temprano o antes de acostarte. Aquí hay algunas sugerencias para manejar la somnolencia durante la meditación:

  1. Ajusta el momento de meditación:
    • Si siempre te da sueño durante la meditación, considera cambiar el momento del día en que practicas. Algunas personas encuentran que meditar por la mañana temprano o después de un breve período de actividad física puede ayudar a mantenerse más alertas.
  2. Cambia tu postura:
    • Si te sientes demasiado relajado, intenta sentarte en una postura más erguida y activa. Puedes mantener la espalda recta y los hombros relajados para evitar caer en una posición demasiado cómoda.
  3. Practica la meditación en movimiento:
    • La meditación no siempre implica estar sentado. Puedes probar la meditación en movimiento, como caminar conscientemente. Esto puede ayudar a mantener la alerta y prevenir la somnolencia.
  4. Enfoca tu atención:
    • Dirige tu atención hacia aspectos específicos de la meditación, como la respiración, un mantra o una sensación física. Mantén tu mente activa y comprometida en el objeto de tu enfoque.
  5. Abre los ojos:
    • Si cierras los ojos durante la meditación y sientes que te da sueño, intenta abrirlos suavemente. Esto puede aumentar la alerta y ayudarte a mantener la concentración.
  6. Descansa adecuadamente:
    • Asegúrate de que estás descansado en general. La falta de sueño puede afectar la calidad de tu meditación. Si estás constantemente agotado, es posible que necesites ajustar tu rutina de sueño.
  7. No te castigues por la somnolencia:
    • La somnolencia ocasional es normal. En lugar de castigarte por ello, acepta que es parte del proceso y vuelve a enfocarte en tu práctica sin juzgarte.

Experimenta con estas sugerencias y ajusta tu enfoque según lo que funcione mejor para ti. La meditación es una habilidad que se desarrolla con la práctica, y con el tiempo puedes encontrar estrategias que te ayuden a mantener la alerta y concentración durante tus sesiones.