EJERCICIO REFLEXIVO ANILLOS CONTROL

¿Recuerdas este punto tan importante que vimos en el módulo 1?

Mediante la práctica de mindfulness conseguiremos VER (calmar la mente) para ENTENDER (percepción objetiva) y así poder ACEPTAR y RESPONDER en lugar de reaccionar (ecuanimidad).

De esta forma cuando nos enfrentamos en nuestro día a día a esas “manadas de leones”, nuestros problemas e inquietudes, podemos VER que no todos son iguales. Es decir podemos ENTENDER que hay diferencias y que por tanto son clasificables, y así ACEPTAR que hay «cosas» que no podemos cambiar, «cosas» en las que podemos tan solo influir y «cosas» que dependen directamente de nosotros.

Todos esos problemas e inquietudes podemos así clasificarlos en una de estas tres zonas:

anillos de control

MI ZONA DE NO CONTROL:

Suele ser la más grande, a la que le dedico más tiempo mental, donde tengo más alarmas encendidas, la que más me quita el sueño, y sin embargo… es una zona en la que se encuentran todos los problemas e inquietudes que NO DEPENDEN DE MI. Es decir, a este tipo de inquietudes, les dedique el tiempo que les dedique, haga lo que haga, me ponga como me ponga… su desenlace, NO DEPENDE DE MI. Entonces… ¿para qué preocuparse por esos asuntos? Aceptémoslo..!

MI ZONA DE INFLUENCIA:

Es también una zona muy amplia a la que dedico mucho tiempo mental y donde también tengo multitud de alarmas encendidas. En este área se encuentran todos los problemas que tan sólo dependen de mí INDIRECTAMENTE, es decir por mi parte tan solo puedo influir en el resultado, pero el desenlace final NO DEPENDE DE MI. Entonces… al igual que en la zona de no control, si el resultado final no depende de mí ¿para qué preocuparme?, si tan sólo puedo influir pero no controlar… debo dedicarme «simplemente» a DAR LO MEJOR DE MI sin esperar un resultado especifico pues NO DEPENDE DE MI.

ZONA DE CONTROL:

Donde se incluyen todos los problemas cuyo desenlace depende exclusivamente de mí. Habitualmente se trata de las cuestiones o inquietudes más simples, pero sobre las que nuestra pasividad puede crear el caos, sin embargo lo que ocurra, el desenlace, depende exclusivamente de mí. Luego, si depende exclusivamente de mi, ¿para qué me preocupo? simplemente tengo que ACTUAR. Mientras que en la zona de NO control no tengo nada que hacer, en la zona de control tengo TODO por hacer. ACTUA..!

Esto lo podemos aplicar a todas las situaciones y eventos de la vida. Por ejemplo si mi principal problema y motivo de preocupación e incluso ansiedad es que mi jefe me hace la vida imposible, me presiona en exceso, etc. Debería VER y ENTENDER la realidad. Podríamos intentar responder a la siguiente pregunta: ¿Es sólo a mí o a toda la oficina?

  • A toda la oficina, “él es así”: Pues entonces está claro… está en tu zona de No control. No puedes hacer nada para que deje de ser tu jefe n para que cambie su forma de ser. Tendrás que aceptarlo.
  • Sólo conmigo: Pues entonces revisa tu zona de influencia. Quizás te vea como una amenaza profesional (ponte de su lado, dale su sitio, que te vea como aliado en lugar de como amenaza). No dependerá de ti pero estarás dando lo mejor de ti mismo. O quizás sea más simple aún y esté en tu zona de control porque quizás no estás rindiendo adecuadamente en tu puesto de trabajo y lo pones en evidencia, estropeas los resultados,etc…

Hay otras formas de entender este concepto. Os dejo dos:

  1. La plegaria de la Serenidad.

    Seguro que te resulta conocida. También conocida como oración de la Serenidad, es el conocido comienzo de una oración atribuida al teólogo, filósofo y escritor estadounidense de origen alemán Reinhold Niebuhr y cuya versión más conocida dice así:

Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.

 

  1. La distribución de la Responsabilidad.

distribucion de la responsabilidad

PRIMER EJERCICIO REFLEXIVO (módulo 1):

Piensa en una situación de tu vida que actualmente te genere temor, inquietud, que te preocupe, etc. reflexiona sobre ello e intenta descomponer sus distintos elementos y clasificarlos en cada zona.

Puedes seguir un esquema más o menos similar a este:

  1. DESCRIBE LA SITUACION
  2. IDENTIFICA TU ZONA DE NO CONTROL
  3. IDENTIFICA TU ZONA DE INFLUENCIA
  4. IDENTIFICA TU ZONA DE CONTROL

Tómate tu tiempo, unos días incluso, y cuando lo tengas claro, accede aquí: https://mindfulness1.typeform.com/to/nGF9cW (es anónimo) y escríbemelo. Si lo deseas te podré dar mis impresiones y seguro que te sirve muchísimo. Recuerda que la práctica reflexiva es uno de los tres pilares en la practica de mindfulness y que te permite agilizar muchísimo en los avances.

Te ayudo. ¿Recuerdas el ejemplo que os puse sobre el curso? Una manada de leones…! 🙂 Pero si los VEO (frenando mis pensamientos, calmando mi mete) podré darme cuenta de que son diferentes. De esta manera, podría clasificarlos por ejemplo de la siguiente manera:

  • En mi zona de NO CONTROL:
    • Que asistan los alumnos o no el día del curso (no depende de mí)
  • En mi zona de INFLUENCIA:
    • Que practiquen en casa. No depende de mí pero sí puedo influir preparando bien el curso, enviado ayuda y seguimiento las semanas posteriores, etc.
  • En mi zona de CONTROL:
    • Que los rotuladores piten, el centro esté limpio, haya luz, etc… Eso no debe preocuparme, simplemente debo actuar y por ejemplo llegar una hora antes para revisarlo, etc.